Evolución energética que vivimos requiere un acompañamiento normativo
El mundo vive una revolución en el sector eléctrico. Las señales más claras las vemos en:
1. Las nuevas energías renovables (eólica, solar, biomasa) que participan competitivamente en la matriz eléctrica.
Debido al cambio en los costos de instalación y el rendimiento de las tecnologías de estas energías renovables, es evidente que su generación se está acercando cada vez más al nivel de competitividad de las tecnologías tradicionales fósiles.
Además, crean empleo, reducen la contaminación atmosférica a nivel local, utilizan casi exclusivamente recursos autóctonos para la generación y, por consiguiente, ayudan a proteger nuestras economías frente a las consecuencias de la inestabilidad externa en materia de seguridad energética.
2. Las nuevas tecnologías de almacenamiento, que presentan una fuerte tendencia a la disminución en su costo.
El importante crecimiento de las necesidades energéticas en los próximos años se perfila en una parte importante bajo la forma de energía eléctrica, con una creciente participación de fuentes renovables intermitentes. Además, se prevé una progresiva comercialización de vehículos eléctricos. Por todo ello, el almacenamiento de energía va a jugar un papel relevante en el nuevo escenario energético.
El instituto de investigación global de McKinsey & Company recientemente analizó los precios actuales del almacenamiento de energía y concluyó que los clientes comerciales ya están sintiendo los beneficios económicos de unas baterías más baratas y de la reciente caída de los precios en la tecnología de ion-litio. Por lo cual el almacenamiento en los mercados de energía ha obtenido un mayor protagonismo, especialmente en Europa, Asia y EEUU; y se pronostica además que se seguirá expandiendo a más lugares. De esta forma pasará de ser un nicho que se utiliza para dar equilibrio a la red, a convertirse en una alternativa viable para los generadores de energía convencionales, y en un apoyo para dar estabilidad a las energías renovables.
3. Las nuevas formas de comunicación entre los actores por medio de redes inteligentes (Smart Grid)
La inclusión de las redes eléctricas inteligentes favorece el ahorro energético y el uso de energías renovables; además, permiten un suministro de energía mucho más fluido y seguro, es decir mediante los nuevos sistemas de transmisión se garantiza la eficiente entrega de la energía eléctrica.
Este sistema interconectado de tecnologías de la información y comunicación con tecnologías de generación, transmisión, distribución, y uso final de electricidad. Es de gran importancia, ya que mejora la confiabilidad del sistema eléctrico, gracias a su automatización, y contribuye al uso de energías más limpias y renovables con sistemas más eficientes.
El aumento de precios de la energía está empujando a que los consumidores deseen tener un mayor control sobre las facturas eléctricas que ellos pagan y concomitantemente incidir sobre los consumos.
4. Los nuevos tipos de consumidores que interactúan con la red, como los carros eléctricos.
Datos indican que los autos eléctricos, cuya flota va en aumento, pueden provocar nuevas horas puntas en el uso de la electricidad, por lo que las empresas eléctricas tendrán que actualizar su oferta para anticiparse a estas altas demandas.
Asímismo las compañías eléctricas deberían actualizar su infraestructura de distribución de forma coordinada y tomando en cuenta a los vehículos eléctricos que se prevén equipararán su precio con los vehículos de motor de combustión para el 2030.
En conclusión:
Ante esa realidad parecen muy sensatas las palabras que expresa don Franco Arturo Pacheco, presidente de Unión Costarricense de Cámaras – UCCAEP:
“Es necesario contar con un mercado eléctrico moderno en competencia, donde existan actores con papeles definidos, con reglas claras y un marco normativo que brinde seguridad jurídica para las inversiones.”(1).
Este ordenamiento permitirá una adecuada especialización en beneficio de la eficiencia operativa, que es:
• la que se traduce en mejores tarifas para los usuarios,
• y la que aprovecha las ventajas de la revolución tecnológica en el campo de la energía.
Fuente bibliográfica:
1. Lara Juan Fernando. (20 de enero 2018). “Costa Rica dejó ir inversiones por $1.000 millones en energía limpia”. Periódico La Nación. Recuperado de https://www.nacion.com/el-pais/servicios/costa-rica-dejo-ir-inversiones-por-1000-millones/5TPWNBRTCZEFJCZL4DSH2C3TZM/story/